jueves, 15 de marzo de 2007

Trnava, la ciudad impronunciable

Posted on 12:56 a. m. by gobi66

Hace más de tres meses que no actualizo bloguiño y hoy como tengo algo de insomnio, voy a aprovechar toca dejar la pereza a un lado y hacer caso a mi Pepito Grillo particular.

He tenido que ir a Trnava, Eslovaquia tres veces de Septiembre a Febrero. Esta vez como excepción he podido visitar la ciudad con "tranquilidad". El único problema es que esa visita fué en enero y al salir de trabajar, es decir de noche.




Antes de nada comentar que hasta hace poco, Eslovaquia era un país comunista y ahora es un candidato a la Unión Europea. Estos dos hechos se pueden observar en la forma de trabajar (bastante relajada) y en la calle (todo modernizado).

En lo que se refiere al trabajo, los horarios son más inteligentes que aquí en parte por el clima y en parte por la cultura de la que proceden. Suelen comenzar a eso de las 7:30 - 8:00 y a las 15:00 no queda ni el tato. En epoca invernal, tiene lógica. con -20º C a ver quién pone un pié en la calle en cuanto oscurece. Por otra parte, siguen con la mentalidad de que papá estado está para algo.

Desde España la mejor manera de ir es vía Viena. En una hora, se llega a Bratislava y media hora más tarde a Trnava. Todo el trayecto por autovía. Trnava tiene una planta de la Peugeot, otra de Sony, y multitud de empresas satélites que hacen que el paro tienda a cero.

Trnava es una ciudad medieval cuyo origen documentado se remonta al año 1211. El centro histórico está rodeado de murallas y encierra multitud de iglesias góticas (la iglesia de San Nicolás, la de Santa Helena y los monestarios de las Clarisas, Franciscanos y Dominicos) barrocas además de una universidad del siglo XVII. Como dije me ha tocado ir en época de jornada corta, es decir que he visitado la ciudad siempre sin luz de día. La iluminación de las callejuelas confiere una atmósfera medieval, con un encanto especial. Paseándola me recordó a Praga. Multitud de plazas y plazueletas, jardines, iglesias, edificios pequeños ....

En cuanto a la parte gastronómica, de nuevo sin salir del casco viejo, hay multitud de restaurantes con cartas que satisfacen a los más exigentes. Me he puesto de codillo hasta las orejas por supuesto acompañado de una cerveza riquísima ;-)

Lamentablemente, no creo que vuelva al menos en mucho tiempo.

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