jueves, 27 de julio de 2006

Viaje a Jeddah continuación

Sigo en Jeddah. Hoy vuelvo a casa y me espera un nuevo periplo aéreo. Francamente de los viajes profesionales que he tenido que hacer este ha sido el más agradable. La gente en este pais es extremadamente hospitalaria. Desde el momento y hora que te conviertes en su invitado, su responsabilidad es tu bienestar.

Lo que más me ha impresionado son las diferencias exsitentes entre hombres y mujeres. Las mujeres solamente pueden estar con los hombre si son familia directa o si van acompañadas por sus maridos. A partir de ahí cualquier situación es posible.

En los restaurantes hay una zona exclusiva para las mujeres donde ningún hombre puede entrar. Al lado del hotel, hay un McDonalds (por cierto, el BigMac tiene el mismo sabor que en España). A la hora de hacer el pedido, el mostrador está divido por una mampara, para separar las mujeres de los hombres.

Bajo ningún concepto una mujer puede estar sola con un hombre en un recinto cerrado si no es su marido. A lo largo de estos días me he cuidado muy mucho de subir en el ascensor del hotel con alguna mujer sola o acompañada.

Como las mujeres y los hombres que no son familia tienen que estar separados, en la empresa a la que he ido NO hay mujeres por cuestiones arquitectónicas. Es decir, el coste de habilitar las oficinas para cumplir con las normas segregacionistas era tan elevado que no han contratado a ninguna mujer.

En cuanto a la vestimenta de las mujeres, van tapadas de arriba a abajo con una túnica negra, viendose en el mejor de los casos los ojos (ya que algunas sobre la cabeza se ponen doble velo, no dejando ver ni los ojos).

En cuanto a los hombres, la mayoría de ellos van con la túnica blanca y el turbante blanco y rojo a cuadros. Los de la oficina están europeizados. Como anécdota, la mayoría tiene bigote o perilla o ambos. Los más extremistas llevan barbas a lo taliban.

Los hombres solamente van con toallones si van de peregrinaje a la Meca o a Medina. Ambas ciudades están absolutamente prohibidas a los no mulsumanes. Ayer nos comentaron, que si se quería visitar con tranquilidad, tenías que convertirte al Islam, cosa que se puede hacer "on-line" antes de entrar en las mezquitas santas.

Dependiendo hacia donde mires, es como un viaje en el tiempo varios siglos atrás, y el contraste es impresionante cuando ves los cochazos en los que se mueven los saudíes. Hay que tener en cuenta que 1 euro son unos 15 litros de gasolina.

Ayer fuimos a cenar, invitados por el director general de la compañía, a un restaurante italiano sito en el edificio anexo del Hilton. El coche del director es un Mercedes todo terreno, último modelo y "refull-equip". Era el peor con diferencia de los que allí estaban aparcados. Lo primero que vimos en el aparcamiento fué un Rolls-Royce de los del paquete. Luego nos explicaron que el anexo del Hilton estaba destinado únicamente a suites y apartmentos de super lujo.

Por cierto, la cena fué acompañada de agua mineral, ya que el alcohol está absolutamente prohibido. Nos ofrecian vino sin alcohol, es decir mosto y champán, siendo champán una combinación de mosto y agua con gas ;-)

Durante la cena, surgió el tema de los castigos coránicos, donde nos enteramos que el adulterio se castiga con lapidación hasta la muerte o con latigazos en función de si los amantes están casados o no. El saudí que estaba con nosotros defendió que ese castigo estaba perfectamente claro en el Corán, recitando el pasaje de memoria. Esta misma persona nos sorprendió diciendonos que Jeddah era una ciudad muy permisiva de puertas para adentro. Su hermano, pincha discos, pone música en "naked-parties", es decir fiestas donde los participapantes están desnudos, vamos las orgías clásicas que inventaron los romanos. Esto dá una idea de que la sociedad no está de acuerdo con las leyes morales impuestas, pero no se atreven a rebelarse.

martes, 25 de julio de 2006

Viaje a JEDDAH

Sí estoy ahora mismo en Jeddah, Arabia Saudí, por motivos profesionales.

Lo que he visto hasta ahora (este es mi segundo día) es poco. Tras un viaje de 15 horas (incluidas las esperas en os aeropuertos de Madrid y Amman) aparezco en Jeddah.

Según leí antes de ir, el aeropuerto de Jeddah es la entrada a la Meca desde el resto del mundo. A pesar de aún no ser el momento, el avión de Amman estaba lleno de peregrinos. ¿Cómo se reconocen? Por que solamente se visten con 2 toallones enormes: uno alrededor de la cintura y el otro rodeando el torso. La explicación no es otra que una cura de humildad. Desde el más rico al más pobre visten de la misma manera, y al menos en ese momento las diferencias sociales desaparecen.

El trato dispensado por los empleados de la empresa cliente a la que he ido es todo momento exquisito. De hecho, el responsable de RRHH, saudí de pro nos invito a cenar. Como intento no ofender a nadie cuando voy fuera (donde fueres haz lo que vieres), ante la pregunta de que me gustaría cenar, contesté que "algo típico y original de Arabia". Pues bien, después de darme una vuelta por Jeddah de aproximadamente una hora, aparecimos en un (estoy buscando la palabra adecuada) chiringuito-restaurante semi al aire libre donde el plato principal era carne (cordero o pollo). La forma de preparar la carne era de dos maneras: asada sobre una piedra caliente y cocida. Es decir, al estilo del desierto.

Para ponerse en situación, comentar que lo típico en Arabia es comer sentado en el suelo sobre una alfombra. Este sitio era muy, muy típico. Mi anfitrión, después de pagar el pedido en una ventanilla, se acercó a otra que más bien era un escaparate, donde se encontraban tres hombres sentados en el suelo (encima de una alfombra y por supuesto descalzos) alrededor de una bandeja. Al acercarnos, destaparon la bandeja mostrando trozos de cordero crudos, preparados para cocinar.

Una vez decididos los trozos que deseabamos, nos pasaron a una habitación donde el único mueble existente era una tele. Antes de entrar nos descalzamos y una vez dentro nos sentamos en la alfombra, apoyándonos en los cojines que rodeaban la estancia, a la espera de la comida. Al cabo de un rato, un camarero trajo un mantel de papel que alisó sobre la alfombra y acto seguido llegó la comida.

Vaya por delante que el cordero me asquea. No soporto su sabor. Es superior a mí. Además, soy una de las personas más escrupulosas que existe. A estas alturas, la noche estaba resultandome "complicada". Pues bien cuando llega la comida, no hay platos ni cubiertos y la bandeja es una bandeja común para los cuatro comensales. Es decir toca comer con las manos del mismo plato todos. Para completar el momento, nuestro anfitrión nos dice que como somos sus invitados su obligación consiste en trocear la comida y repartirla ..... con sus manos.

El resumen de la noche, es que a pesar de todas mis barreras mentales, la cena fué excelente en todos los sentidos. El cordero estaba impresionante y la forma de comer, hasta cómoda.

Continúa ....

jueves, 13 de julio de 2006

Imprimatur secretum,....

Hace 15 días que acabé de leer Secretum y ahora que lo he digerido daré mi opinión.

Al igual que me pasó con Imprimatur (que leí el año pasado) he llegado a la conclusión de que como compendio de acontecimientos de la Europa del Barroco es impresionante, como novelas son un auténtico churro.

Si los autores se limitasen a narrar la Historia sin más, me refiero a los acontecimientos, los datos costumbristas, etc... resultaría mucho más agradable que intentar seguir a los personajes de la novela por un laberinto de túneles subterráneos o persiguiendo a un loro por los campos de Italia.

Los personajes principales, el abate Melani y el narrador, son personajes planos y absolutamente estereotipados. El Melani el más listo del mundo, y el otro el mejor aprendiz. En lo que se refiere a la trama de ambos tomos, no puede ser más enrevesada. Cúal es el sentido de pasear cada noche por los subterráneos de Roma o ir al dichoso Navío a encontrar ... ¿alguién me puede decir que buscaban en esa mansión infinita?

El primer tomo tiene unas 600 páginas escasas, el segundo tiene algo más de 700, ¿cuantas tendrá el tercero? En ambos, con la mitad llega. La lectura de Imprimatur fué completa, es decir no me salté ni un párrafo por si me perdía algo. En el caso de Secretum, he de reconocer que más de un párrafo y de una página me he saltado. La experiencia es un grado. Como recomendación en elcase de Secretum, puede saltarse el CAPÍTULO completo donde persiguen al dichoso loro. No aporta absolutamente nada de nada.

Lo que sí me gusta son las teorías que desarrollan (lo de los Borbones por falsificación es tremendo).

En resumen, que el tercer volumen me lo compro en bolsillo y me ahorro 10 euritos.... en el caso de que me decida comprarlo.

Un artículo sobre los autores, aquí.
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